Soneto XXXVI. A la entrada de un valle...
A la entrada de un valle, en un desierto, do nadie atravesaba ni se vía, vi que con estrañeza un can hacía estremos de dolor con desconcierto;
ahora suelta el llanto al cielo abierto, ora va rastreando po la vía; camina, vuelve, para, y todavía quedaba desmayado como muerto.
Y fue que se apartó de su presencia su amo, y no le hallaba, y esto siente; mirad hasta dó llega el mal de ausencia.
Movióme a compasión ver su acidente; déjele lastimado: Ten paciencia, que yo alcanzo razón, y estoy ausente.
Sonnet XXXVI. Within a valley's entrance...
Within a valley's entrance, in a desert, Where none pass through nor leave this barren setting, I saw, though strange it seemed, a dog was fretting; In pain he cried, in agony bewildered,
To open skies he hurls his dirge untethered, And now along the path he tracks, retreading; He ambles on, he turns, he stops, and yet he Retains the ashen pallor of cadavers.
And this because his master left his presence; He cannot find his master, this he senses; Behold how far the reach of painful absence. To see his hardship moved me to compassion; In pity I exhorted him: Have patience, For I can fathom reason and am absent.
Translated by Tyler FisherEtiquetas: Garcilaso de la Vega |