miércoles, 15 de septiembre de 2004

Octavio Paz -Piedra de sol-

Piedra de sol

Un sauce de cristal, un chopo de agua,
un alto surtidor que el viento arquea,
un árbol bien plantado mas danzante,
un caminar de río que se curva,
avanza, retrocede, da un rodeo
y llega siempre:
un caminar tranquilo
de estrella o primavera sin premura,
agua que con los párpados cerrados
mana toda la noche profecías,
unánime presencia en oleaje,
ola tras ola hasta cubrirlo todo,
verde soberanía sin ocaso
como el deslumbramiento de las alas
cuando se abren en mitad del cielo,

(...)

voy por tu cuerpo como por el mundo,
tu vientre es una plaza soleada,
tus pechos dos iglesias donde oficia
la sangre sus misterios paralelos,
mis miradas te cubren como yedra,
eres una ciudad que el mar asedia,
una muralla que la luz divide
en dos mitades de color durazno,
un paraje de sal, rocas y pájaros
bajo la ley del mediodía absorto,

vestida del color de mis deseos
como mi pensamiento vas desnuda,
voy por tus ojos como por el agua,
los tigres beben sueño de esos ojos,
el colibrí se quema en esas llamas,
voy por tu frente como por la luna,
como la nube por tu pensamiento,
voy por tu vientre como por tus sueños,

tu falda de maíz ondula y canta,
tu falda de cristal, tu falda de agua,
tus labios, tus cabellos, tus miradas,
toda la noche llueves, todo el día
abres mi pecho con tus dedos de agua,
cierras mis ojos con tu boca de agua,
sobre mis huesos llueves, en mi pecho

hunde raíces de agua un árbol líquido,
voy por tu talle como por un río,
voy por tu cuerpo como por un bosque,
como por un sendero en la montaña
que en un abismo brusco se termina
voy por tus pensamientos afilados
y a la salida de tu blanca frente
mi sombra despeñada se destroza,

(...)

los dos se desnudaron y besaron
porque las desnudeces enlazadas
saltan el tiempo y son invulnerables,
nada las toca, vuelven al principio,
no hay tú ni yo, mañana, ayer ni nombres,
verdad de dos en sólo un cuerpo y alma,
oh ser total...

(...)

amar es combatir, si dos se besan
el mundo cambia, encarnan los deseos,
el pensamiento encarna, brotan las alas
en las espaldas del esclavo, el mundo
es real y tangible, el vino es vino,
el pan vuelve a saber, el agua es agua,
amar es combatir, es abrir puertas,
dejar de ser fantasma con un número
a perpetua cadena condenado
por un amo sin rostro;
el mundo cambia
si dos se miran y se reconocen,

(...)

sigo mi desvarío, cuartos, calles,
camino a tientas por los corredores
del tiempo y subo y bajo sus peldaños
y sus paredes palpo y no me muevo,
vuelvo donde empecé, busco tu rostro,
camino por las calles de mí mismo
bajo un sol sin edad, y tú a mi lado
caminas como un árbol, como un río
caminas y me hablas como un río,
creces como una espiga entre mis manos,
lates como una ardilla entre mis manos,
vuelas como mil pájaros, tu risa
me ha cubierto de espumas, tu cabeza
es un astro pequeño entre mis manos,
el mundo reverdece si sonríes
comiendo una naranja,
el mundo cambia
si dos, vertiginosos y enlazados,
caen sobre las yerba: el cielo baja,
los árboles ascienden, el espacio
sólo es luz y silencio, sólo espacio
abierto para el águila del ojo,
pasa la blanca tribu de las nubes,
rompe amarras el cuerpo, zarpa el alma,
perdemos nuestros nombres y flotamos
a la deriva entre el azul y el verde,
tiempo total donde no pasa nada
sino su propio transcurrir dichoso,

(...)

—¿la vida, cuándo fue de veras nuestra?,
¿cuando somos de veras lo que somos?,
bien mirado no somos, nunca somos
a solas sino vértigo y vacío,
muecas en el espejo, horror y vómito,
nunca la vida es nuestra, es de los otros,
la vida no es de nadie, todos somos
la vida —pan de sol para los otros,
los otros todos que nosotros somos—,
soy otro cuando soy, los actos míos
son más míos si son también de todos,
para que pueda ser he de ser otro,
salir de mí, buscarme entre los otros,
los otros que no son si yo no existo,
los otros que me dan plena existencia,
no soy, no hay yo, siempre somos nosotros,
la vida es otra, siempre allá, más lejos,
fuera de ti, de mí, siempre horizonte,
vida que nos desvive y enajena,
que nos inventa un rostro y lo desgasta,
hambre de ser, oh muerte, pan de todos,
(...)


Sunstone

a crystal willow, a poplar of water,
a tall fountain the wind arches over,
a tree deep-rooted yet dancing still,
a course of a river that turns, moves on,
doubles back, and comes full circle,
forever arriving:
the calm course
of the stars or an unhurried spring,
water with eyes closed welling over
with oracles all night long,
a single presence in a surge of waves,
wave after wave till it covers all,
a reign of green that knows no decline,
like the flash of wings unfolding in the sky,

(...)

I travel your body, like the world,
your belly is a plaza full of sun,
your breasts two churches where blood
performs its own, parallel rites,
my glances cover you like ivy,
you are a city the sea assaults,
a stretch of ramparts split by the light
in two halves the color of peaches,
a domain of salt, rocks and birds,
under the rule of oblivious noon,
dressed in the color of my desires,
you go your way naked as my thoughts,
I travel your eyes, like the sea,
tigers drink their dreams in those eyes,
the hummingbird burns in those flames,
I travel your forehead, like the moon,
like the cloud that passes through your thoughts,
I travel your belly, like your dreams,
your skirt of corn ripples and sings,
your skirt of crystal, your skirt of water,
your lips, your hair, your glances rain
all through the night, and all day long
you open my chest with your fingers of water,
you close my eyes with your mouth of water,
you rain on my bones, a tree of liquid
sending roots of water into my chest,
I travel your length, like a river,
I travel your body, like a forest,
like a mountain path that ends at a cliff
I travel along the edge of your thoughts,
and my shadow falls from your white forehead,
my shadow shatters, and I gather the pieces
and go with no body, groping my way,

(...)

...because two bodies, naked and entwined,
leap over time, they are invulnerable,
nothing can touch them, they return to the source,
there is no you, no I, no tomorrow,
no yesterday, no names, the truth of two
in a single body, a single soul,
oh total being...

(...)

to love is to battle, if two kiss
the world changes, desires take flesh
thoughts take flesh, wings sprout
on the backs of the slave, the world is real
and tangible, wine is wine, bread
regains its savor, water is water,
to love is to battle, to open doors,
to cease to be a ghost with a number
forever in chains, forever condemned
by a faceless master;
the world changes
if two look at each other and see

(...)

I follow my raving, rooms, streets,
I grope my way through corridors of time,
I climb and descend its stairs, I touch
its walls and do not move, I go back
to where I began, I search for your face,
I walk through the streets of myself
under an ageless sun, and by my side
you walk like a tree, you walk like a river,
and talk to me like the course of a river,
you grow like wheat between my hands,
you throb like a squirrel between my hands,
you fly like a thousand birds, and your laugh
is like the spray of the sea, you head
is a star between my hands, the world
grows green again when you smile,
eating an orange,
the world changes
if two, dizzy and entwined, fall
on the grass: the sky comes down, trees
rise, space becomes nothing but light
and silence, open space for the eagle
of the eye, the white tribe of clouds
goes by, and the body weighs anchor,
the soul sets sail, and we lose
our names and float adrift in the blue
and green, total time where nothing
happens but its own, easy crossing

(...)

—when was life ever truly ours?
when are we ever what we are?
we are ill-reputed, nothing more
than vertigo and emptiness, a frown in the mirror,
horror and vomit, life is never
truly ours, it always belongs to the others,
life is no one's, we all are life—
bread of the sun for the others,
the others that we all are—
when I am I am another, my acts
are more mine when they are the acts
of others, in order to be I must be another,
leave myself, search for myself
in the others, the others that don’t exist
if I don't exist, the others that give me
total existence, I am not,
there is no I, we are always us,
life is other, always there,
further off, beyond you and
beyond me, always on the horizon,
life which unlives us and makes us strangers,
that invents our face and wears it away,
hunger for being, oh death, our bread.
(...)

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