San Hermenegildo
¡Prisión apetecida, adonde las cadenas, aunque parecen penas, son glorias de una vida que, haciendo dicha de las aflicciones, regula por joyeles las prisiones!
¡Qué consuelo en ti tengo, mirándome de todo despojado, pues desembarazado, a estar más apto vengo para poder alzar osado el vuelo, con menos peso, de la tierra al Cielo!
Saco es el que ayer era Púrpura soberana; y la mano, que ufana Cetro empuñó, severa muestra, al cuello ligada, cuán instable es la gloria del mundo miserable.
Ayer me obedecía, en cuanto el Betis baña, parte mejor de España, fértil la Andalucía; hoy a un Alcaide bajo estoy postrado: porque no hay, en lo humano, firme estado.
(...)
Todo esto, que me acuerda mi triste pensamiento, ya no es en mí tormento; pues que todo se pierda por Vos, no es pena: ¡antes feliz he sido en haberlo, por Vos, todo perdido!
Vos mismo me lo disteis; Vos me lo habéis quitado. ¡Sed por siempre alabado, pues en mí hacer quisisteis que tantos bienes juntos poseyese, para que qué dejar por Vos tuviese!
La Fe que adoro, sola es la herencia que estimo. De nada me lastimo, pues ella se acrisola. ¡Piérdase en hora buena el Laurel Godo, que con tener mi Fe, lo tengo todo!
Saint Hermenegild
Delicious prison! whose irons, seeming torments, ornament an existence that makes pearls of fallen tears, a jewel box of a prison cell.
Such consolation I find in Thee, seeing myself stripped of everything, not least of all, my burdens, and thus lightened left more apt to dare to launch intrepid flight from earth into the Heavens.
By events, the royal purple is made the morrow's garish sackcloth; the hand that gripped, imperious, the sceptre in its fist, in fetters offers direst demonstrations of how tenuous are the glories of this suffering earth.
Yesterday was I obeyed everywhere the Guadalquivir bathes fertile Andalucia, the greater part of Spain; today beneath a brutal Bailiff's boot am I held prostrate: Yea, there exists in human realms no sure estate.
(...)
Such reflexions my brooding brings, and yet, these spur on no fresh tortures: since whatever is lost has been for Thee, it causes me no sorrow: but rather joy that for Thee all will now be forfeit!
Thou alone hast given what from me Thou hast taken. Be praised ever, for Thou wouldst that I possess every benefice, so that for Thee I could relinquish these.
The sole heresy I still embrace, is to cherish e'er this one true Faith. Yet, in this, in no way is it tarnished – since in its own crucible it is purified. Time to lay aside the noble Gothic laurel, for to have kept one's faith is to have conquered all!
Translated by Beulah LimosnerosEtiquetas: Sor Juana Inés de la Cruz |