Misterio: Ven...
Ven, oye, yo te evoco. Extraño amado de mi musa extraña, Ven, tú, el que meces los enigmas hondos En el vibrar de las pupilas cálidas. El que ahondas los cauces de amatista
De las ojeras cárdenas …
Ven, oye, yo te evoco,
Extraño amado de mi musa extraña!
Ven, tú, el que imprimes un solemne ritmo Al parpadeo de la tumba helada; El que dictas los lúgubres acentos Del decir hondo de las sombras trágicas, Ven, tú, el poeta abrumador, que pulsas La lira del silencio: la más rara! La de las largas vibraciones mudas, La que se acorda al diapasón del alma!
Ven, oye, yo te evoco,
Extraño amado de mi musa extraña! . ………. . Ven, acércate a mí, que en mis pupilas Se hundan las tuyas en tenaz mirada, Vislumbre en ellas el sublime enigma
Del más allá, que espanta … Ven …acércate más …clava en mis labios Tus fríos labios de ámbar, Guste yo en ellos el sabor ignoto De la esencia enervante de tu alma! … . ………. . Ven, oye yo te evoco, Extraño amado de mi musa extraña!
Mystery: Come...
Come, listen, I call on you, Strange lover of my strange muse, Come, you who jumbles the deep enigmas In the shivering of the warm pupils. Who hollows out the amethyst riverbed
Of lived circles under her eyes …
Come, listen, I call on you,
Strange lover of my strange muse!
Come, you, the one who imprints a solemn rhythm Upon the trembling of the glacial tomb; The one who sets the dismal tone Of the deep utterance of tragic shadows. Come, you, weary poet, who plucks The lyre of silence: the strangest one! The one of the long mute vibrations, Who harmonizes with the sound of the soul!
Come, listen, I call on you,
Strange lover of my strange muse! . …………… Come, come closer to me, that in my pupils Yours may sink in tenacious sight, That there may glimmer in them the sublime enigma
Of the hereafter, which frightens …
Come …come closer to me …pierce in my lips
Your cold lips of amber,
May I try in them the unknown taste Of the enervating essence of your soul! … . …………… Come, listen, I call on you,
Strange lover of my strange muse!
Translated by Alejandro CáceresEtiquetas: Delmira Agustini |