Cuento de dos jardines
Una casa, un jardín,
no son lugares:
giran, van y vienen.
Sus apariciones
abren en el espacio
otro espacio,
otro tiempo en el tiempo.
Sus eclipses
no son abdicaciones:
nos quemaría
la vivacidad de uno de esos instantes
si durase otro instante.
Estamos condenados
a matar el tiempo:
asì morimos,
poco a poco.
Un jardín no es un lugar.
Por un sendero de arena rojiza
entramos en una gota de agua,
bebemos en su centro verdes claridades,
por la espiral de las horas
ascendemos
hasta la punta del día
descendemos
hasta la consumaciòn de su brasa.
(...)
A tale of two gardens
A house, a garden
are not places:
they turn, go and come.
When they appear
they open one more space
in space,
one more time in time.
Vanishing they do not renounce:
if it could last one more moment,
the liveliness of one of these moments
would burn us.
Condamned to kill time,
little by little
we die.
A garden is not a place.
Along a red sand path
we enter a drop of water
and in the middle
we drink green clarities.
Through a spiral made of hours
we go up
to the peak of the day,
we go down
where the day consumes its embers.
(...)
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